Epidemia de robos afecta a todos los 3,000 supermercados de la ciudad.

En una alarmante encuesta realizada por la Asociación Nacional de Supermercados (NSA), se revela que el 93% de los supermercados en los cinco condados de Nueva York han sido víctimas de robos en lo que va del año. Incluso con medidas de seguridad reforzadas, muchos propietarios reportan robos diarios, creando un ambiente desafiante para el comercio minorista en la ciudad.

Reformas legales y falta de consecuencias contribuyentes al aumento.

Los propietarios señalan que las reformas de justicia penal implementadas en enero de 2020, que eliminaron la necesidad de fianza para robos de menos de $1,000 dólares, han llevado a un aumento en el raterismo. Con ladrones considerando que no hay consecuencias, algunos incluso convierten el robo en una «profesión», según Carlos Collado, propietario de tiendas Fine Fare en El Bronx y Harlem.

Medidas de seguridad insuficientes.

A pesar de que el 72% de los propietarios de supermercados afirman haber reforzado las medidas de seguridad, incluyendo guardias en el interior, los robos persisten. Incluso con estos esfuerzos, los ataques violentos a empleados y propietarios han aumentado en un alarmante 81% durante el primer trimestre de 2023.

Llamados a la acción legislativa.

Los minoristas han instalado en el Congreso estatal en Albany a revisar las leyes de reforma de fianzas y aumentar las penas para los ladrones. Buscan convertir los robos acumulativos de más de $1,000 dólares en mercancías en hurto mayor y clasificar las agresiones a trabajadores minoristas como delito grave.

Respuestas gubernamentales contradictorias.

A pesar de la urgencia expresada por los propietarios, la gobernadora Kathy Hochul vetó recientemente un proyecto de ley bipartidista que buscaba estudiar el aumento del robo en comercios minoristas. Sin embargo, el alcalde Eric Adams formó un grupo de trabajo para abordar el hurto, permitiendo a las agencias compartir información sobre delitos.

Impacto económico y cierre de tiendas.

La situación ha llevado a muchos dueños de tiendas a reducir horarios, instalar más cámaras de seguridad y colocar mercancías bajo llave. Esto, a su vez, ha generado cierres de tiendas y escasez de productos. Grandes cadenas, como Target, han cerrado sucursales debido al crimen minorista organizado que amenaza tanto a empleados como a clientes.

Preocupación generalizada y miedo entre los habitantes.

Las preocupaciones sobre la seguridad han alcanzado niveles récord, según encuestas. El 73% de los neoyorquinos identifican el crimen como una de sus mayores preocupaciones, y el 70% teme convertirse en víctima de un acto criminal.

Esta creciente crisis de seguridad plantea desafíos significativos para la ciudad y destaca la necesidad urgente de medidas efectivas para abordar el problema del raterismo desbordado.

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