Crisis ambiental en Chile.
Un informe de la Fundación Terram, financiado por la Unión Europea, revela que de las 8,960 hectáreas afectadas por el megaincendio en Chile a principios de febrero, más de la mitad (4,286 hectáreas) corresponden a bosque nativo. Este siniestro afectó cinco comunas en la región de Valparaíso, dañando áreas urbanas, industriales, agrícolas, embalses y entornos lacustres.
El bosque nativo siniestrado incluía especies emblemáticas y ecológicamente valiosas, como palma chilena, belloto del norte, orquídeas, alstroemeria, naranjillo, lingue y patagua. Además, se quemaron especies típicas de bosque esclerófilo, como peumos, quillayes y litres.
El estudio también señala que el fuego afectó 330 hectáreas de vegetación nativa dentro de las ciudades y sus alrededores, principalmente en quebradas húmedas y laderas. La directora de Fundación Terram, Flavia Liberona, destacó la importancia de conservar fragmentos de vegetación nativa dentro de las ciudades, subrayando su resistencia a las presiones humanas y su valor para la identidad local.
Los incendios, aparentemente provocados, comenzaron en el Parque Natural del Lago Peñuelas y se propagaron a zonas urbanas, barrios informales y áreas industriales debido a condiciones climáticas adversas. Esta tragedia es considerada la más grave en Chile desde el terremoto mortal de 2010.