Corea del Norte lanza anuncios turísticos dirigidos a rusos, destacando sus playas vírgenes
Corea del Norte ha sorprendido al mundo con una nueva campaña publicitaria que promueve sus playas vírgenes, pero con un público objetivo muy específico: los turistas rusos. En una serie de anuncios difundidos por la compañía estatal Korea International Travel Company, el régimen de Kim Jong Un muestra a turistas rusos disfrutando de las costas norcoreanas en un ambiente paradisiaco, mientras refuerza sus lazos con Moscú en medio de crecientes tensiones globales.
Los comerciales, que han causado gran revuelo, fueron filmados en la playa Majeon, en la provincia de Hamgyong del Sur, y muestran a rusos jóvenes y atractivos participando en actividades como voleibol de playa, paseos en motos acuáticas y boxeo en la arena. Las imágenes capturan la puesta de sol sobre la playa, retratando a Corea del Norte como un destino turístico inesperado y lleno de paisajes impresionantes. Sin embargo, lo que más ha llamado la atención es que los anuncios incluyen imágenes de mujeres en bikini, un atuendo prohibido en el país comunista.
El turismo ruso, clave para Corea del Norte
Rusia se ha convertido en un socio estratégico para Corea del Norte en los últimos años. Este fortalecimiento de la alianza bilateral incluye acuerdos políticos y militares, que buscan contrarrestar las sanciones impuestas a ambos países por Occidente. En este contexto, el turismo ruso parece ser una vía para que Corea del Norte acceda a divisas extranjeras, vitales para su golpeada economía.
Corea del Norte reabrió sus fronteras al turismo en enero de 2024, por primera vez desde que cerraron a raíz de la pandemia de COVID-19. Desde entonces, ha tratado de posicionarse como un destino turístico alternativo para los rusos, ofreciendo experiencias como excursiones de esquí en la estación de Masikryong, cerca de Wonsan, que se inauguró en 2014. A principios de este año, un grupo de 100 turistas rusos llegó al país para una excursión de esquí de cuatro días, marcando el inicio de esta estrategia turística que hoy se refuerza con los nuevos anuncios publicitarios.
Una campaña en medio de tensiones globales
La campaña publicitaria se produce en un contexto de creciente acercamiento entre Rusia y Corea del Norte. Durante una visita a Pyongyang en junio de este año, el presidente ruso Vladimir Putin firmó un acuerdo de ayuda mutua con Kim Jong Un, prometiendo apoyo en caso de que cualquiera de los dos países sea atacado. Este acuerdo fue sellado con una suntuosa ceremonia en la que participaron multitudes de civiles norcoreanos, quienes sostenían retratos gigantes de ambos líderes en señal de apoyo.
Las imágenes del anuncio turístico, que muestran una Corea del Norte idílica y abierta a los visitantes, contrastan fuertemente con la realidad que enfrentan muchos de sus habitantes. El país sigue siendo uno de los regímenes más represivos del mundo, con reportes constantes de hambrunas, violaciones a los derechos humanos y una fuerte censura. Sin embargo, estas campañas buscan proyectar una imagen diferente al mundo exterior, especialmente a los rusos, quienes han visto aumentar la cooperación con Pyongyang en los últimos meses.
Advertencias y restricciones para otros países
A pesar del esfuerzo norcoreano por atraer turistas, las autoridades internacionales han emitido advertencias claras sobre los riesgos de viajar al país. El Departamento de Estado de Estados Unidos, por ejemplo, emitió en julio de 2024 una advertencia que desaconseja a los ciudadanos estadounidenses visitar Corea del Norte, debido a las tensiones geopolíticas y las políticas restrictivas del régimen.
Además, Corea del Norte sigue siendo un destino limitado y controlado en extremo. Los turistas no reciben el mismo trato que los habitantes locales, quienes sufren bajo un sistema político que restringe severamente sus libertades. Los turistas son constantemente vigilados y guiados por autoridades del Estado, lo que deja poco espacio para la exploración libre o el contacto con los ciudadanos comunes.
Corea del Norte: entre la propaganda y la realidad
La promoción de las playas norcoreanas a través de turistas rusos atractivos y escenas de diversión bajo el sol es, en muchos sentidos, una extensión de la propaganda estatal que busca lavar la imagen del régimen. Sin embargo, para muchos analistas, esta campaña no es más que una maniobra económica que tiene como fin atraer recursos en un momento crítico para el país.
Mientras Corea del Norte trata de proyectar una imagen de normalidad y belleza natural para atraer turistas rusos, los desafíos internos persisten. Las sanciones internacionales, las crisis alimentarias y la presión global por su programa nuclear continúan definiendo gran parte del panorama interno y externo del país.