Científicos descubren que el azul de metileno podría frenar el glaucoma
Un equipo de científicos del Centro de Investigación Biomédica de La Rioja (CIBIR), en colaboración con la Universidad de Buenos Aires (Argentina), ha logrado un avance prometedor en la lucha contra el glaucoma, una de las principales causas de ceguera en el mundo. El hallazgo sugiere que el uso del azul de metileno, una sustancia química conocida por su seguridad clínica, puede frenar el desarrollo de esta enfermedad.
El estudio, liderado por Alfredo Martínez, Rafael Peláez y Álvaro Pérez Sala, utilizó modelos animales para probar la efectividad del compuesto en la reducción del daño neuronal causado por el glaucoma. Este padecimiento se origina por el aumento de la presión intraocular, que afecta el flujo de líquidos en el ojo y daña progresivamente el nervio óptico.
Martínez, jefe del grupo de Angiogénesis del CIBIR, explicó que el azul de metileno actúa como un «antídoto» frente al óxido nítrico, una sustancia que perjudica la retina y agrava el glaucoma. Este compuesto absorbe radicales libres dañinos, protegiendo las neuronas de la retina y ayudando a preservar la visión.
Un tratamiento complementario
Los investigadores señalaron que este tratamiento no reemplazaría a los medicamentos actuales, sino que sería un complemento para reducir la muerte neuronal, principal responsable de la pérdida de visión en el glaucoma. Además, mediante estudios de electrometinografía, se comprobó que el azul de metileno revierte algunos daños causados por la enfermedad.
El próximo paso consiste en desarrollar un medicamento que pueda permanecer en el ojo durante el tiempo necesario para ser efectivo. Se estima que esta etapa, junto con las pruebas preclínicas, podría completarse en un plazo de cuatro a cinco años.
Un avance con alto potencial
El glaucoma, que afecta a más de 64 millones de personas en el mundo, no tiene cura, pero el descubrimiento del potencial del azul de metileno podría significar un cambio trascendental en el manejo de esta enfermedad. Según los expertos, el compuesto ya cuenta con un alto perfil de seguridad debido a su uso clínico en otros contextos, lo que podría acelerar el proceso de desarrollo y aprobación del tratamiento.
Este avance representa una luz de esperanza para millones de personas y reafirma la importancia de la investigación científica en la búsqueda de soluciones a problemas de salud globales.