Científicos alertan que Islandia deberá prepararse para décadas de erupciones volcánicas

Islandia, famosa por su actividad volcánica, está en el umbral de una nueva era de erupciones que podría durar décadas. Un reciente estudio publicado en la revista Terra Nova ha llevado a los científicos a instar a las autoridades islandesas a prepararse para una serie prolongada de erupciones volcánicas en la península de Reykjanes. Este estudio, liderado por el catedrático Valentín Troll de la Universidad de Uppsala, se basa en investigaciones que han monitoreado la actividad volcánica en la región durante los últimos años.

Actividad Volcánica Reciente

Desde 2021, la península de Reykjanes ha sido escenario de ocho erupciones volcánicas. Esta actividad ha llevado a las autoridades a declarar el estado de emergencia en una región que alberga al 70% de la población islandesa. La importancia de esta área se subraya por la presencia del único aeropuerto internacional del país y varias plantas geotérmicas cruciales para el suministro de agua caliente y electricidad.

Investigaciones y Hallazgos

El equipo de investigadores, compuesto por científicos de diversas instituciones internacionales, ha utilizado imágenes de tomografía sísmica y análisis geoquímicos para estudiar los volcanes de Reykjanes. Las similitudes en la composición química de muestras de lava de diferentes erupciones sugieren que existe una zona de almacenamiento de magma compartida bajo la península. Las imágenes sísmicas han identificado un depósito de magma a una profundidad de entre 8 y 10 kilómetros, alimentado por roca fundida del manto terrestre.

Implicaciones para la Población y el Medio Ambiente

Valentín Troll y su equipo han comparado las erupciones recientes con eventos históricos, concluyendo que Islandia debe prepararse para un episodio volcánico prolongado. «La comparación de estas erupciones con eventos históricos sugiere que Islandia deberá prepararse para un episodio volcánico prolongado», explicó Troll. Sin embargo, los científicos destacan que, a pesar de los avances en la comprensión de estos fenómenos, aún no pueden predecir con precisión la duración exacta de estos episodios volcánicos ni los intervalos entre ellos.

La posibilidad de décadas de erupciones volcánicas tiene implicaciones significativas para la población islandesa y el medio ambiente. Las erupciones pueden afectar la calidad del aire, la infraestructura y la vida cotidiana de las personas. Además, la actividad volcánica puede tener efectos globales, como la alteración de patrones climáticos debido a la liberación de partículas y gases en la atmósfera.

Ante estas proyecciones, es crucial que Islandia adopte medidas preventivas y de mitigación. Esto incluye la mejora de los sistemas de monitoreo y alerta temprana, la preparación de planes de evacuación y la educación de la población sobre cómo actuar en caso de erupciones volcánicas.

Islandia se encuentra sobre la Dorsal Mesoatlántica, un límite divergente entre las placas tectónicas de Norteamérica y Eurasia. La separación de estas placas puede desencadenar erupciones volcánicas cuando la roca del manto terrestre se funde y asciende a la superficie. La historia geológica de Islandia está marcada por periodos de intensa actividad volcánica, seguidos por largos intervalos de relativa calma.