Aumento del boleto de trenes en el AMBA: impacto en el transporte y la economía diaria
A partir del lunes 16 de septiembre de 2024, los usuarios del servicio de trenes en el Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA) comenzaron a enfrentar un nuevo aumento en las tarifas de transporte. Este incremento, del 40% en las tarifas mínimas, se suma a una serie de ajustes que se han venido realizando durante el año en respuesta a la inflación acumulada, afectando el presupuesto de millones de personas que dependen de este medio de transporte para sus desplazamientos diarios.
Detalles del aumento
El aumento más significativo se da en el boleto mínimo, que con tarjeta SUBE registrada pasó de $200 a $280, lo que representa un fuerte ajuste para aquellos que realizan viajes cortos. Para los trayectos más largos, entre 12 y 27 kilómetros, la tarifa subió a $360, y para distancias superiores a los 27 kilómetros, el costo del pasaje se fijó en $450. Este aumento, publicado en la resolución 33/2024 de la Secretaría de Transporte en el Boletín Oficial, busca ajustar las tarifas de transporte a la realidad inflacionaria que vive el país desde principios de año.
El impacto de la inflación en las tarifas
Desde enero de 2024, las tarifas ferroviarias urbanas han experimentado un incremento acumulado del 478%, reflejando el impacto directo de la alta inflación en los costos de operación y mantenimiento de los trenes, así como en la economía diaria de los usuarios. La necesidad de realizar ajustes periódicos en las tarifas responde a la presión económica que ha afectado a casi todos los sectores del país, desde alimentos hasta servicios públicos.
Sin embargo, este aumento no solo afecta el costo de los viajes, sino que también tiene un impacto directo en el bolsillo de los trabajadores y estudiantes que utilizan el tren como su principal medio de transporte. A medida que los costos del transporte aumentan, el salario real de los usuarios se ve erosionado, lo que lleva a una mayor dificultad para cubrir otras necesidades básicas.
Tarifas para quienes no tienen SUBE registrada
Para aquellos que no cuentan con una tarjeta SUBE registrada, el costo del boleto es aún más elevado. El boleto mínimo para quienes no utilizan este sistema de pago electrónico alcanzó los $560, mientras que quienes pagan en efectivo deben enfrentar un costo aún mayor, con el boleto ascendiendo a $900. Estas tarifas afectan especialmente a aquellos que no tienen acceso a la tarjeta SUBE, ya sea por desconocimiento del sistema o por cuestiones tecnológicas, lo que genera una desigualdad en el acceso al transporte público.
La tarifa social y su relevancia
Uno de los aspectos clave en el nuevo esquema tarifario es el mantenimiento de la tarifa social, que otorga un descuento del 55% para los usuarios que califican. Esto significa que quienes cuentan con este beneficio pagarán un boleto mínimo de $154, lo que sigue siendo un costo considerable, pero más accesible en comparación con la tarifa completa. Este descuento es especialmente relevante para sectores de la población en situación de vulnerabilidad económica, como jubilados, pensionados, estudiantes y beneficiarios de programas sociales.
Además, los trenes de jurisdicción nacional, como los que cubren las líneas Belgrano Sur y Roca, también verán un ajuste en sus tarifas. Los precios en estas líneas variarán entre $224 y $1.120, dependiendo del tramo recorrido, lo que afectará principalmente a los usuarios de las zonas más alejadas del AMBA, quienes dependen de estos servicios para sus desplazamientos diarios.
Impacto en el salario mínimo y el costo de vida
Uno de los aspectos más críticos de este aumento es su impacto en el salario mínimo vital y móvil (SMVM), que en septiembre de 2024 se fijó en $268.056,50. Para un trabajador que realiza 60 viajes al mes, es decir, dos viajes diarios durante 30 días, el costo del transporte representará el 6,27% de su salario mensual, lo que equivale a un gasto de $16.800 solo en boletos de tren. Este porcentaje puede parecer pequeño, pero cuando se suma a otros gastos como alimentación, vivienda y servicios, se convierte en una carga significativa para muchas familias.
En el caso de aquellos que necesitan realizar cuatro viajes diarios, el costo del transporte se duplicará a $33.600, lo que representa el 12,53% del salario mínimo. Este porcentaje es aún mayor para quienes no tienen la tarjeta SUBE registrada y deben pagar la tarifa completa en efectivo, que puede llegar a representar hasta el 20,15% del salario mínimo para 60 viajes mensuales.
El desafío para los usuarios y el sistema de transporte
El aumento de las tarifas de trenes en el AMBA plantea un desafío tanto para los usuarios como para el sistema de transporte en su conjunto. Por un lado, los usuarios deben ajustar sus presupuestos para hacer frente al aumento de los costos de transporte, lo que puede llevar a cambios en sus hábitos de desplazamiento. Algunos optarán por reducir la cantidad de viajes que realizan, buscarán medios de transporte alternativos o, en casos extremos, podrían dejar de utilizar el tren si el costo se vuelve insostenible.
Por otro lado, el sistema de transporte enfrenta el reto de mantener un servicio eficiente y accesible en medio de un contexto económico difícil. El aumento de tarifas es una medida necesaria para garantizar la sostenibilidad del sistema ferroviario, pero también es fundamental que se sigan realizando inversiones en infraestructura y mantenimiento para asegurar que los usuarios reciban un servicio de calidad.