Aumenta la presencia de barcos pesqueros de China en la Patagonia Argentina.

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En los últimos años, la presencia de barcos pesqueros chinos en la Patagonia argentina ha sido motivo de creciente preocupación tanto para las autoridades locales como para las organizaciones internacionales de conservación. Este fenómeno, que ha visto un notable incremento, plantea serios desafíos para la preservación de los recursos marinos y para la soberanía de Argentina sobre sus aguas territoriales. La cuestión no solo radica en la cantidad de barcos, sino también en las estrategias sofisticadas que estas embarcaciones emplean para eludir la legislación internacional y nacional, explotando de manera insostenible los recursos pesqueros de la región.

La Patagonia argentina, con su vasto litoral y abundantes recursos marinos, ha sido durante mucho tiempo un objetivo atractivo para la pesca comercial. La región alberga una biodiversidad marina única, con especies de alto valor comercial como la merluza, el calamar y diversas especies de crustáceos. Sin embargo, la riqueza de estas aguas ha atraído a flotas pesqueras extranjeras, particularmente de China, que es actualmente la mayor potencia pesquera del mundo.

China, con una demanda interna creciente de productos del mar y una política exterior que promueve la expansión de su industria pesquera, ha incrementado significativamente su presencia en aguas internacionales y en zonas económicas exclusivas de otros países. La Patagonia argentina no ha sido una excepción a esta tendencia. Los barcos chinos, a menudo operando en los límites de la legalidad, han sido acusados repetidamente de prácticas de pesca ilegal, no declarada y no reglamentada (INDNR).

La Estrategia de las Flotas Chinas para Burlar la Ley

Las embarcaciones pesqueras chinas han desarrollado una serie de tácticas para evitar la detección y las sanciones, que incluyen desde la manipulación de sus sistemas de identificación automática (AIS) hasta la pesca en zonas grises jurídicas donde la jurisdicción es ambigua. A continuación, se detallan algunas de las estrategias más comunes utilizadas por estas flotas para burlar la ley:

  1. Apagado del Sistema de Identificación Automática (AIS): Una de las tácticas más comunes es el apagado del AIS, un sistema que permite el seguimiento de barcos en tiempo real. Al apagar el AIS, los barcos chinos pueden desaparecer temporalmente de los radares, dificultando su monitoreo por parte de las autoridades argentinas. Esta práctica es particularmente peligrosa, ya que permite a los barcos pescar en zonas protegidas sin ser detectados.
  2. Pesca en la Zona Contigua: Argentina, como muchos países, tiene una Zona Económica Exclusiva (ZEE) que se extiende hasta 200 millas náuticas desde su costa, donde tiene derechos soberanos sobre los recursos naturales. Sin embargo, fuera de esta zona, en la llamada zona contigua, las leyes internacionales son más laxas. Las flotas chinas suelen posicionarse justo en el límite de la ZEE, entrando y saliendo rápidamente para evitar ser capturadas. Esta táctica les permite explotar los recursos marinos sin infringir técnicamente la ley.
  3. Transbordo en Alta Mar: Otra táctica utilizada es el transbordo en alta mar, donde los barcos pesqueros transfieren sus capturas a buques nodriza que luego transportan el pescado a mercados internacionales. Este proceso, que se realiza fuera de la vista de las autoridades, permite a las flotas chinas maximizar sus operaciones sin regresar a puerto, lo que dificulta el seguimiento de sus actividades.
  4. Falsificación de Documentos: En muchos casos, los barcos chinos han sido sorprendidos utilizando documentos falsificados para presentar sus capturas como legales. Esto incluye la manipulación de permisos de pesca, certificados de origen y otros documentos necesarios para el comercio internacional de productos del mar. La falsificación de documentos no solo facilita la venta de pescado capturado ilegalmente, sino que también complica la tarea de las autoridades argentinas para rastrear y sancionar a los infractores.
  5. Sobrecarga de las Capacitaciones de Vigilancia: Las flotas chinas a menudo operan en grandes grupos, sobrecargando la capacidad de las fuerzas de vigilancia y control argentinas. Las patrullas marítimas, aunque eficaces, no siempre son suficientes para monitorear a decenas o cientos de barcos simultáneamente. Este fenómeno ha llevado a que muchas embarcaciones ilegales pasen desapercibidas, permitiéndoles operar con relativa impunidad.

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