Alarmas por crimen organizado en la frontera con Argentina.
Cinco militares bolivianos fueron víctimas de un brutal asesinato, siendo quemados vivos por una organización criminal que opera en la frontera entre Bolivia y Argentina. Los subtenientes Yamil Argani, José María Romero, y los sargentos Braulio Pacaje, Vladimir Pacasi, y Ruddy Mendoza fueron atacados mientras realizaban labores para controlar el contrabando y el narcotráfico en la región de Villamontes, al sur de Bolivia, cerca de la frontera con Argentina.
Según las autoridades, los militares estaban persiguiendo un vehículo cargado con sustancias químicas ilegales cuando fueron emboscados. La camioneta en la que viajaban fue empujada fuera de la carretera, volcó, y en medio de la confusión, los atacantes les quitaron las armas, arrojaron combustible sobre ellos y les prendieron fuego. Este cruel acto se suma a las 16 muertes de efectivos que perdieron la vida en 2023 mientras realizaban tareas similares.
Las autoridades bolivianas han condenado el hecho, calificándolo como una atrocidad, y han movilizado grupos de inteligencia militar para dar con los responsables. Aunque inicialmente se pensó que el incendio fue resultado de un accidente de tránsito, se descartó esta versión tras confirmarse que se trató de un crimen planificado.
El viceministro de Lucha contra el Contrabando, Daniel Vargas, expresó su consternación y aseguró que el Gobierno tomará medidas para esclarecer este acto violento. La situación ha generado preocupación en Bolivia, ya que se suma a la creciente inquietud por el avance del narcotráfico en la región.
Líderes de la oposición han instado al Gobierno a tomar medidas firmes para combatir el narcotráfico y evitar que las organizaciones criminales se apoderen de instituciones públicas. Bolivia es el tercer productor mundial de cocaína, y recientes eventos, como uno de los mayores decomisos de cocaína y la fuga de un presunto narcotraficante de talla mundial, han elevado las preocupaciones sobre la presencia de carteles de la droga en el país.
El presidente Luis Arce enfrenta críticas por la gestión de la lucha contra el narcotráfico, y líderes opositores como Evo Morales han acusado al Gobierno de colaborar con estas organizaciones criminales. La violencia en la frontera con Argentina subraya la urgencia de abordar la creciente amenaza del crimen organizado en Bolivia.