Alarma en la frontera norte de Israel: Ataque múltiple de cohetes y drones desde el Líbano
En la madrugada del jueves, la frontera norte de Israel se vio sacudida por un ataque masivo de cohetes y drones lanzados desde el Líbano. Este incidente marcó una de las mayores escaladas de tensión entre Israel y Hezbollah en los últimos años, reavivando temores de un conflicto más amplio en la región.
El ataque comenzó con el lanzamiento de más de 200 cohetes y drones explosivos desde el sur del Líbano, lo que activó las alarmas en decenas de comunidades israelíes a lo largo de toda la frontera. Las sirenas sonaron incesantemente durante más de una hora, alertando a los residentes para que buscaran refugio. Según informes del ejército israelí, muchos de los proyectiles fueron interceptados por el sistema de defensa aérea de Israel, aunque algunos lograron causar daños significativos.
Hezbollah, la milicia chií libanesa, reivindicó la autoría del ataque como respuesta a la muerte de su comandante Mohamed Nimah Nasser, quien fue asesinado en un bombardeo israelí contra su vehículo. Nasser era el segundo alto mando del grupo eliminado por Israel en las últimas semanas, lo que ha intensificado las hostilidades entre ambas partes. La semana anterior, Hezbollah ya había lanzado un centenar de cohetes en represalia por la muerte de otro comandante, Sami Taleb Abdullah.
El ejército israelí respondió rápidamente al ataque, llevando a cabo bombardeos en el sur del Líbano. Las autoridades israelíes declararon que estaban atacando objetivos de Hezbollah y trabajando para neutralizar cualquier amenaza inminente. Además, se desplegaron unidades adicionales a lo largo de la frontera para reforzar la seguridad y prevenir incursiones.
La situación en el norte de Israel se volvió caótica con incendios que estallaron en varias zonas debido a los drones explosivos y la metralla de las interceptaciones. En la ciudad de Acre, a unos 20 kilómetros de la frontera, un incendio se propagó en el techo de un centro comercial, y dos soldados israelíes resultaron heridos durante los ataques.
La frontera entre Israel y el Líbano ha sido un punto de fricción constante desde hace décadas, pero la actual escalada representa el mayor pico de tensión desde la guerra de 2006. Desde octubre, ha habido un intercambio continuo de fuego, exacerbado por el conflicto en la Franja de Gaza, donde Hezbollah ha mostrado su solidaridad con las milicias palestinas.
Más de 500 personas han muerto en los últimos meses debido a estos enfrentamientos, la mayoría de ellas en el lado libanés y entre las filas de Hezbollah. La organización ha confirmado la muerte de 327 de sus combatientes, incluidos varios comandantes. El costo humano del conflicto es significativo, con numerosas bajas civiles y una devastación generalizada en las áreas afectadas.
La comunidad internacional ha expresado su preocupación por la escalada del conflicto. Las Naciones Unidas y varios países han hecho llamados a la calma y al cese de hostilidades. Sin embargo, las declaraciones de ambos bandos indican que es poco probable que se alcance una tregua a corto plazo. Hezbollah ha jurado venganza por las muertes de sus comandantes, mientras que Israel se mantiene firme en su postura defensiva, prometiendo proteger a sus ciudadanos y responder a cualquier agresión.
El conflicto en la frontera norte de Israel tiene implicaciones más amplias para la estabilidad de la región. La posibilidad de una guerra abierta entre Israel y Hezbollah plantea riesgos significativos no solo para los dos países, sino también para sus vecinos y la comunidad internacional. La situación en el Líbano es particularmente preocupante, dado que el país ya enfrenta una crisis económica y política sin precedentes. Un conflicto armado de gran escala podría agravar aún más estas condiciones, desplazando a miles de personas y causando una mayor devastación.
