A siete años de la muerte de Horacio Guarany.
El 13 de enero de 2017 marcó la partida del destacado exponente del folclore argentino, Horacio Guarany, quien llevó la música popular del país a nivel internacional.
Vida y carrera.
Horacio Guarany, cantor y compositor, abandonó el mundo físico tras siete décadas dedicadas a la música y a contar historias a través de sus canciones. Su legado perdura como uno de los mayores referentes del folclore nacional argentino. En sus inicios, se lanzó a la escena musical en Buenos Aires en 1942, enfrentando la vida con actuaciones en bares y como marinero en el Paraná. Su pasión por el canto lo llevó a debutar en Radio Nacional en 1957 con «El Mensu» de Ramón Ayala.
Presencia en Cosquín y Éxito internacional.
Guarany pisó el escenario del Festival de Cosquín en 1961, marcando el inicio de una presencia continua y popular en la plaza Próspero Molina. Sus canciones, escritas de un tirón, se volvieron himnos memorables para miles de seguidores. A pesar de enfrentar prohibiciones y persecuciones por sus letras combativas, su apoyo al pueblo y la defensa de sus creencias lo convirtieron en un ícono.
Exilio y desafíos.
Amenazado de muerte por la Triple A, Guarany se exilió durante la dictadura militar, enfrentando persecuciones y prohibiciones. A pesar de los desafíos, mantuvo su compromiso con la justicia social y la libertad de expresión. Su obra incluye canciones como «Si se calla el cantor, calla la vida», reflejando su convicción de que el cantor debe hablar y expresar lo que cree.
Guarany, también conocido por su amor por el vino, compartió reflexiones sobre la importancia del vino en la vida del trabajador y el valor de recordar lo esencial. Su casa, Plumas Verdes, se convirtió en un espacio para el vino y la amistad. Consideraba que el dinero era la negación de la vida y que el verdadero peligro era la corrupción causada por la riqueza.
Legado y memoria.
A su muerte el 13 de enero de 2017, Horacio Guarany dejó un extenso legado que incluye decenas de discos, cientos de canciones y contribuciones al folclore argentino. Su memoria perdura como un defensor de la justicia social y un portavoz de la gente común. En sus propias palabras, «Nada muere en este mundo, todo es andar y andar».